Monday, March 5, 2012

"Que Venga la Fiera..."

Creo que viajar ha sido la primera vía de escape que encontré a las tristezas de mi alma. Es una de las cosas que más me gusta hacer, y que disfruto a plenitud.  Me fascina aprender de otras culturas, visitarlas y sentir las sensaciones que otras personas hace miles de años sintieron, experimentar y sobre todo desconectar. Yo invento un viaje "en una cuarta de tierra" busco y busco hasta que encuentro buenos precios siempre. Miro los "reviews" de los hoteles, y busco combinaciones con aerolíneas y demás. Pero no siempre las cosas salen como uno las planea.


En uno de mis últimos viajes a Londres y París, empezaron las dificultades. Lo primero fue que a mi mamá, aproximadamente 12 horas antes de salir, le dio una bursitis en su brazo derecho, lloro, pataleteo, anduvo toda "drogy" en el vuelo y no me dejo pegar un ojo a mi, la pobre, tuvimos que inventarle "algo" pa' inmovilizarle el brazo, porque no encontramos ni una farmacia que nos vendiera un "brace".  Se le vino a quitar ya casi cuando estábamos de regreso. Después,  las interminables escaleras del metro sube y baja, con y sin maletas. Por poco se nos va la "guaguita" del tour a Stonehedge de regreso, el metro no habría hasta las 7 am y el avión para París salía a esa misma hora, la calle desolada y gracias que había un taxi de guardia, me imagino que pa' los turistas como nosotros que andamos en "lala land" y no sabemos esas cosas. París no fue la excepción, nos perdimos varias veces pa' llegar al Palacio de Versalles, el hotel estaba en una zona algo escabrosa, cogimos el metro equivocado, corrimos como locas y nos volvimos las mas paranoides de todo París. Desde entonces, mi suerte cambió un poco con los viajes y Murphy entro a mi vida. Aunque digo, la pasamos súper, regresé con muy buenas fotos de Europa y esto para nada opaco nuestro viaje, al contrario, cada vez que me acuerdo me rio sola a carcajadas como una demente.

Este último viaje que ya planee y que sucederá en nueve días, parece no será nada diferente. Pues, lo  primero fue que el vuelo que había visto originalmente, se llenó antes que pudiera comprar mis boletos y en vez de hacer una escala ahora serán dos, así que el 14 será de aeropuerto en aeropuerto. Además, de haber consumido un día entero para lograr comprarlos, pues la aerolínea radica en Panamá y  todas las tarjetas de crédito tienen un "bloqueo" automático (cosa que me enteré después de usar al menos tres, llamar dos veces al banco y no obtener explicación certera de las razones por la que la tarjeta no pasaba). Después, el trámite de la embajada, porque a ningún país del mundo te hace falta visa con el pasaporte americano, excepto para Brasil. Les aviso, es necesario leerse cuidadosamente las instrucciones para la visa, ya que tiene bastantes requisitos, por ejemplo una foto de pasaporte que las dimensiones no son iguales a las demás, una aplicación en línea que tiene los días y los meses al revés, y hay que llevar hasta los tres últimos cheques del trabajo, pagar solo en efectivo en una máquina que te cobra un dólar por transacción y que nadie te dice tienes que usar antes de ponerte en la cola de entregar los papeles, que es sólo de 10 a 12 de la mañana de lunes a viernes, y la muchacha de la ventanilla, con un mal carácter que parece hace siglos "no la ve pasar", en fin toda una odisea. Por suerte la visa dura 10 años, así que pienso regresar antes que caduque, vaya pa' "sacarle el kilo". Procedo a contarles que este viernes mi mamá tuvo un accidente de carro, que no fue su culpa, y que gracias a dios según ella "no le paso nada", pero tiene un dolor en la espalda y el cuello que no la deja dormir y esta viviendo a base de analgésicos. Les parece algo familiar al viaje anterior?? Jajaja (me rio a carcajadas, mientras escribo).

Me detengo y pienso que este viaje a Río de Janeiro, ya promete. Y yo estoy hasta asustada, con eso de que es peligroso, que el metro sólo de día, que hay que montarse en los vagones rosados pa' evitar el acoso y que taxis sólo los que se llaman de los restaurantes, y no es pa' meno'. Pero igual, cuando me vienen las imágenes del Cristo, el Pan de Azúcar, la Playa de Copacabana, y la piel tostoda de los cariocas, desaparecen mis preocupaciones y se transforman en una sonrisa de oreja a oreja. Así que ya les contaré como se portó "Murphy" cuando regrese, porque de que va a andar por ahí, eso le "pueden poner el cuño". Pero eso si, estoy convencida  que vale la pena, al final eso es lo único que nos llevamos, y hasta ahora siempre terminan siendo buenas historias para reír, así que, como dice la canción, "que venga la fiera, que la estoy esperando."